viernes, 25 de mayo de 2018


¿Es verdad que …

LOS FENICIOS SACRIFICABAN RECIÉN NACIDOS?

Grandes marinos y comerciantes, los fenicios colonizaron el mediterráneo occidental en el siglo VIII a.C. en busca prioritariamente de los preciados metales de los que carecían en sus reducidos territorios de Tiro, Sidón o Biblos, aprovechando para abrir nuevos mercados en los que dar salida a sus excedentes.

Según nos cuentas distintas fuentes escritas de la época (entre ellas el Antiguo Testamento), practicaban de forma habitual sacrificios de menores (principalmente primogénitos). Era su manera de honrar al dios Molk (o Molek), divinidad cruel y vengativa representado en sus templos mediante una gran estatua hueca, al estilo de un enorme horno, la cual presentaba la boca abierta y los brazos extendidos con las palmas de las manos hacia arriba. En su interior, en el momento de los sacrificios, albergaba un enérgico fuego.  Los propios dirigentes ciudadanos debían dar ejemplo a sus gobernados ofreciendo a dicho dios de forma voluntaria a su primogénito en tiempo de grave peligro, para aplacar su furia y evitar con ello una probable catástrofe.

Plutarco, relató en sus crónicas que: “antes de que la estatua llenada se inundaba la zona con un fuerte ruido de flautas y tambores, de modo que los gritos y lamentos no alcanzaban los oídos de la multitud”. También nos dejó Diodoro escrito que: “había en la ciudad una imagen de bronce con las manos extendidas, las palmas hacia abajo y cada niño que era colocado en ellas era subido y caía por la boca abierta dentro del fuego”.  

La arqueología nos ha facilitado evidencias sobre espacios abiertos (denominados tophet) en los que se han encontrado gran cantidad de restos cinerarios pertenecientes a menores fenicios. Estos restos no prueban la veracidad de los sacrificios relatados, sino únicamente una diferenciación por edad en cuanto a la ubicación de los restos funerarios. Actualmente hay autores que defiende la teoría del desprestigio por parte de los rivales de los fenicios (entre ellos los griegos) acusándolos de unas prácticas inhumanas que no cometieron.

Señalar que, hasta el día de hoy, dentro de los distintos asentamientos fenicios en la Península Ibérica: Gadir (Cádiz), Ibiza, Sexi (Almuñecar), Malaka (Málaga), ...) no se ha localizado tophet alguno, aunque también es justo indicar que los restos fenicios en la mayoría de estas localizaciones se encuentran enterrados bajo las actuales urbes, lo que lógicamente limita y dificulta cualquier tipo de excavación.



LOS ROMANOS PAGABAN CON SAL A SUS SOLDADOS?

 La sal, ese producto común que podemos encontrar en cualquier supermercado a un precio irrisorio, era uno de los bienes más preciados por nuestros antepasados muchos siglos atrás. Actualmente queda casi restringida a su uso culinario, pero en aquellos momentos, era mucho más valorada por su poder conservador de la carne (recordar que no disponían de neveras ni congeladores) y por su acción antiséptica para las heridas.

La utilización de la sal como moneda de pago se inició ya en el antiguo Egipto, aunque sería en tiempos de Roma cuando más se utilizaría. Los soldados romanos que custodiaban la ruta de la sal (Vía Salaria entre Ostia y Roma) y a los mercaderes que la llevaban, recibían bolsitas de sal como pago por el servicio prestado, al cual llamaba “salarium argentum” o dinero de sal. De ahí proviene la palabra tan utilizada en nuestro tiempo para referirse al dinero que obtenemos por realizar nuestro trabajo: “SALARIO”. La sal recibida les valía tanto para su uso personal como para utilizar en los frecuentes trueques por otros productos necesitados.

También en la antigua Grecia los esclavos se intercambiaban por distintos productos, entre ellos se incluía la sal, popularizando la expresión “no vale su sal” para indicar que el precio de un producto es muy alto por la baja calidad de la mercancía en venta.

  



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